Muchas mujeres lo sufren, la mayoría en silencio, pero ahora Brooke Shields ha decidido hablar. Padeció depresión post-parto y eso le llevó a plantearse quitarse la vida. Pero finalmente decidió luchar. Ahora tiene dos niñas pequeñas, Rowan, de seis años, y Grier, de tres, con su marido, Chris Henchy.
Fue al dar a luz a la primera de las niñas cuando Brooke se dio cuenta de que no podía cantarle, ni sonreírle, ni siquiera podía mirarla... "Todo lo que quería era desaparecer y morir" ha confesado.
La actriz, de 44 años, aseguró a la revista 'People' que llegó a pensar que su bebé estaría mejor sin ella y que dejó de tomar la medicación para la depresión, lo que ha afirmado que fue un grave error.
Shields, que ha asistido a una cita contra la depresión, ha explicado que entendió que el problema que tenía estaba en su cabeza, y que no podía hacer nada excepto curarse. Después de Rowan, tuvo varios intentos 'in vitro', hasta que tres años después llegó Grier...
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