Los problemas económicos continúan siendo un quebradero de cabeza para Nicolas Cage, quien ha visto como esta semana le arrebataban uno de sus tesoros más preciados: una mansión en el exclusivo vecindario de Bel-Air, en Los Ángeles. La propiedad, que el actor se vio obligado a vender por 35 millones, se encuentra ahora en manos de un prestamista. Pero mientras todo sucede y Cage ve cómo día a día su patrimonio va disminuyendo, él continúa trabajando. Tiene tres películas en fase de posproducción y ha estrenado recientemente en Los Ángeles 'Pick-Ass', donde comparte cartel con Aaron Johnson. El pasado octubre, Cage presentó una demanda por valor de 14 millones de euros contra su antiguo gestor, acusándole de haber derrochado sus ingresos, y éste le acusó de ser un manirroto. Hace un año, se vio obligado a vender su castillo en Alemania.
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