Que los espectadores no apaguen su móvil en el cine ya es bastante malo, pero que no lo hagan los actores en el set de rodaje puede resultar muy "embarazoso", como experimentó la joven Miley Cyrus durante el rodaje de su escena más emotiva en la película 'The last song'. "La escena más divertida también fue la más triste. Ronnie (su personaje, una jovencita rebelde) visita a su padre, enfermo terminal, en el hospital e intenta contener las lágrimas. Todo estaba en completo silencio y, de repente, mi móvil sonó con la melodía de 'Don't worry, be happy'. Me da tanto miedo perder mi teléfono que lo llevo siempre conmigo. Fue muy embarazoso pero también graciosísimo", explicó la intérprete. Una falta de profesionalidad que contrasta con los deseos de Cyrus, célebre por su papel de Hannah Montana para Disney Channel, deconvertirse en una actriz 'seria': "Siempre he querido actuar, a pesar de que los críticos no parecen muy entusiasmados con mi primer papel serio. Sé que he dado lo mejor de mí y eso es lo importante".
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