La actriz Julianne Moore, que se casó en segundas nupcias con el director Bart Freundlich en 2003, admite que sólo tomó esta decisión para dar a sus dos hijos, de 12 y siete años, la estabilidad que necesitaban. "La única razón por la que me casé fue por mis hijos. Tenía una terapeuta que decía que el matrimonio era el recipiente para una familia. Freud afirmaba que necesitas amor y trabajo para conseguir la estabilidad. Uno de los elementos no te da la felicidad plena. Puedes tener amigos en las películas y obras de teatro que hagas, pero no son tu familia. Tampoco puedes esperar que tu familia te dé la estimulación que te da el trabajo, porque no es su responsabilidad", ha asegurado la actriz. A pesar de que Moore es feliz con su esposo, reconoce que su relación a veces atraviesa dificultades, especialmente cuando está lejos de sus hijos. "Tu relación no va a ser nunca como cuando empezó. Mi marido y yo intentamos pasar tiempo solos, pero es muy duro cuando se van los niños. Intentamos sacar tiempo juntos y a la vez hacer planes solos, somos como todo el mundo en ese aspecto", ha declarado a la web de 'Scotsman'
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