El actor de 33 años, que tiene dos hijos con distintas mujeres, ha confesado que estaba fuera de control yendo de fiesta en fiesta y pensando en su próxima borrachera. "Había veces que estaba con mi hijo y calculaba cuánto tiempo faltaba para poder salir y beber", ha admitido Farrell. La estrella dejó atrás esta forma de vida hace unos años y ahora encuentra "aburrido" ir a los bares.
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