La cantante, que se divorció del rockero Deryck Whibley el año pasado, está luchando para acabar su nuevo disco, 'Pink Crust', algo que parece complicarse por momentos. Su ex marido es el productor y su ruptura está causando muchas tensiones en el estudio. Según afirma una fuente del diario 'Toronto Sun': "Mientras más feas se ponen las cosas en el juzgado, peor se ponen el estudio. Será un álbum fabuloso si pueden dejar sus diferencias a un lado durante un mes, y concentrarse en lo que importa, la música.
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