La actriz de origen israelí lleva tres meses soltera y sin compromiso -desde que cortó con el cantante Devendra Banhart-, pero de momento no le preocupa en absoluto no pasar por el altar. Ella asegura que en cada presentación recibe el mismo nivel de atención que recibiría una novia el día de su boda. "Tiene gracia, algunas de mis amigas actrices y yo hablamos de que ninguna tenemos obsesión por casarnos y creo que es porque la sensación que se debe experimentar, la sentimos nosotras varias veces al año", explicó la intérprete a la revista 'Elle'. "En una première te peinan, te maquillan y todo el mundo te mira. Por eso cuando no estoy trabajando me gusta estar cómoda". La verdad es que es su día día fuera de la estela de Hollywood, Natalie viste de manera muy desenfada, tanto que sus amigas se meten con su estilo. "Mis amigas me llaman gata loca porque llevo prendas que no combinan entre sí. Me gusta la ropa cómoda y divertida", añadió.
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